martes, 7 de septiembre de 2010

Hey Julian Lennon, el hijo beatle

(* Con esto abrimos una serie con artículos sobre los hijos de cada uno de los Beatles)

Julian Lennon más que hijo de John Lennon, fue hijo de la locura de la beatlemanía, con todas lo malo y bueno que ello le trajo a su vida.

Nacido en Liverpool el 8 de abril de 1963 con el nombre de Julian Charles Lennon Powell, su existencia fue por largo tiempo escondida para evitar ataques o una peligrosa frustración de las fans de los Beatles. Esta fue una idea de su propio padrino, el manager Brian Epstein… Una vez reconocido y enfrentado al mundo, sus apariciones fue ron muy secundarias.

Por los avatares de la fama, Julian nunca estuvo muy próximo a su padre. Pero lo peor, era que cuando estaban juntos, según él cuenta, todos los traumas infantiles de John caían sobre él. Es así como el pequeño Julian (llamado así en honor a Julia, la madre de John) era constantemente retado por John al reír o querer jugar con él. Esa culpabilidad por estar feliz fue algo que pesó hasta la adolescencia sobre él.

Pero esa lejaníay muro que los separaba no impidió que su presencia inspirara 3 grandes canciones: Lucy in the sky with diamonds (gracias a un dibujo que le mostró a John sobre su amiga del colegio volando en el cielo), Good night (un tierno arrumaco) y, claro, Hey Jude, canción que Paul Mccartney escribió como consolación a Julian tras la separación de John con Cynthia Powell, su madre.

El niño creció, John se encerró con Yoko y las reuniones con su hijo se hicieron cada vez más esporádicas. Una de ellas, eso sí, se plasmó en la canción Ya Ya del disco Walls and Bridges del año 74. Ahí Julian de 11 años tocó la batería. Ese fue su debut discográfico y su inevitable encuentro con la música.

Con un medio hermano, Sean (con quien tiene muy buenas relaciones en la actualidad), y la muerte de John en 1980 a cuestas (y vaya que peso), Julian salió al mundo con un disco que sorprendió y por el cual obtuvo una nominación a los grammys por mejor debut.

Valotte de 1984 poseía una sonoridad muy beatle, junto a una voz principal increíblemente parecida a su papá y un talento en la composición que entusiasmaba, sobretodo al escuchar los dos top ten que el disco contiene: Valotte y Too late for goodbyes. Este último, todavía un reconcido hits ochentero.

Pero el vuelo no dio para mucho, pues sus dos discos posteriores no repitieron lo hecho en Valotte y Julian, además, cayó en un pozo oscuro de drogas y alcohol, además de comenzar una época muy distante de la figura de su padre. Todo el resentimiento de su niñez y adolescencia, sus distancias y trabas salieron con fuerza de él.

Desde entonces sólo ha habido destellos musicales, además que pasó casi 10 años sin grabar nada. Aún así, Julian forjó un grupo de seguidores que le alcanza para dar conciertos esporádicos en donde recuerda otros hits que han complementado los de su primer disco. El más destacable es Saltwater, donde cuenta nada menos que con el apoyo de George Harrison en la guitarra principal.

Aquellas buenas relaciones con los ex beatles alimentaron un posible reemplazo a su padre durante la época de Anthology. Los tres sobrevivientes de entonces lo rechazaron de plano. No tenía porqué Julian seguir cargando con un peso tan grande, cuando él menos que nadie lo quería.

Hoy Julian, aparte de tocar, produce documentales ecológicos y recolecta por el mundo dibujos de su padre. Es su manera de reconciliarse con él, de acercarse y al fin comprenderlo. Ahora, dice, ya entender porqué se comportó tan distante con él, entiende sus trabas infantiles, pues fueron similares a las que él mismo sufrió.

“Si lo viera entrar por esa puerta, estoy seguro que lo abrazaría y lloraríamos juntos”, dijo hace poco tiempo.

Acá, las cinco mejores canciones de Julian:

1. Valotte

2. Too late for goodbyes

3. Saltwater (con George Harrison)


4. Because

5. Johnny B. Good (con Chuck Berry)



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